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Riesgo no sistemático: ¿qué es y por qué importa al invertir en acciones?

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Riesgo no sistemático

¿Alguna vez te has preguntado por qué tus inversiones en acciones a veces pueden ser tan volátiles, incluso cuando los mercados en general parecen estables? La respuesta podría estar en un término que debes conocer: riesgo no sistemático.

En este artículo, exploraremos en detalle qué es el riesgo no sistemático y por qué es fundamental comprenderlo si estás involucrado en el mundo de la inversión en acciones. Descubrirás cómo este tipo de riesgo puede afectar tus decisiones financieras y, lo que es aún más importante, cómo puedes tomar medidas para mitigarlo y proteger tu cartera de inversiones.  ¡Sigue leyendo y comienza a invertir de manera más inteligente!

¿Qué es el riesgo no sistemático? 

Se refiere a la volatilidad de una inversión que resulta de factores internos o específicos de una empresa en lugar de influencias del mercado en general. En otras palabras, es el tipo de riesgo que puede eliminarse mediante una adecuada diversificación de tu cartera. Por ejemplo, los resultados empresariales pueden ser uno de los principales contribuyentes al riesgo no sistemático. Cuando una empresa enfrenta problemas internos, como una disminución en sus datos de ventas o una mala gestión, esto puede afectar de forma significativa el valor de sus acciones, pero este riesgo se limita en mayor medida a esa empresa en particular.

El riesgo no sistemático, a menudo conocido como riesgo específico o riesgo empresarial, es una parte fundamental de la ecuación de riesgo total de un activo financiero.

Diferencia entre riesgo sistemático y no sistemático

El riesgo sistemático, también conocido como riesgo de mercado, es aquel que afecta a prácticamente todos los activos financieros y no puede eliminarse completamente, incluso con una diversificación adecuada.

Está relacionado con eventos macroeconómicos y factores globales, como cambios en los tipos de interés, fluctuaciones en los mercados internacionales y eventos políticos que afectan a la economía en su conjunto. Este tipo de riesgo es inherente a la inversión y no puede ser mitigado mediante la diversificación, lo que lo hace diferente del riesgo no sistemático.

La principal diferencia entre el riesgo sistemático y el riesgo no sistemático radica en su alcance y naturaleza. El riesgo sistemático es más amplio y afecta a todos los activos financieros de manera similar, mientras que el riesgo no sistemático es específico de una empresa o industria particular. Mientras que el riesgo sistemático está vinculado a factores macroeconómicos y eventos globales que están fuera del control de cualquier empresa individual, el riesgo no sistemático es controlable y se origina en aspectos internos o específicos de una empresa.

Fuentes de riesgo no sistemático

El riesgo no sistemático puede surgir de diversas fuentes. Algunas de las más comunes incluyen la mala gestión, problemas operativos, cambios en la demanda del mercado, competencia feroz, problemas de suministro y eventos imprevistos que afectan a una empresa en particular. Cada una de estas fuentes puede generar riesgos específicos que afectan el precio de las acciones de esa empresa de manera única.

Ejemplos concretos de eventos y noticias que pueden afectar el riesgo no sistemático

Para comprender mejor cómo funciona el riesgo no sistemático, es útil considerar ejemplos concretos.

Imagina una empresa tecnológica que depende en gran medida de un solo proveedor de componentes clave para su producción. Si ese proveedor enfrenta problemas de suministro debido a desastres naturales o conflictos laborales, la empresa podría experimentar dificultades operativas y ver caer sus acciones. Del mismo modo, las noticias negativas sobre la salida de un CEO influyente de una empresa o una demanda legal importante pueden causar una disminución en el precio de sus acciones.

Impacto en la toma de decisiones de inversión

El riesgo no sistemático puede tener un impacto significativo en tus decisiones de inversión. Cuando los inversores perciben un aumento en el riesgo no sistemático en una empresa o industria específica, es posible que se vuelvan cautelosos y reevalúen sus inversiones. Esto puede llevar a ventas masivas de acciones de esa empresa en particular, lo que a su vez puede causar una caída en su precio.

Por otro lado, los inversores también pueden aprovechar el riesgo no sistemático para identificar oportunidades de inversión. Cuando las empresas enfrentan desafíos temporales, como una disminución en sus resultados empresariales debido a factores temporales, el precio de sus acciones puede caer por debajo de su valor intrínseco. Los inversores astutos pueden ver esto como una oportunidad de compra a precios más bajos con la expectativa de que la empresa se recupere a medida que aborden sus problemas específicos.

Ejemplos de cómo gestionar el riesgo no sistemático

Para gestionar el riesgo no sistemático de manera efectiva, los inversores pueden emplear diversas estrategias. Una de las más importantes es la diversificación, como mencionamos anteriormente. Al invertir en una variedad de activos, sectores y regiones geográficas, puedes reducir el impacto de los eventos específicos de una empresa en tu cartera.

Además, el uso de análisis fundamental, que implica evaluar en profundidad los fundamentos financieros y operativos de una empresa, puede ayudarte a identificar posibles fuentes de riesgo no sistemático. Al comprender mejor la salud financiera y la gestión de una empresa, puedes tomar decisiones de inversión más informadas y estar preparado para los desafíos que puedan surgir.

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Conclusión: ¿Es esencial considerar el riesgo no sistemático al invertir en acciones?

En la búsqueda de maximizar las ganancias y proteger nuestro patrimonio, a menudo nos centramos en los aspectos macroeconómicos y los movimientos generales del mercado. Sin embargo, este enfoque puede dejarnos vulnerables al riesgo no sistemático, un factor que puede tener un impacto significativo en nuestras inversiones. A lo largo de este artículo, hemos explorado en detalle qué es el riesgo no sistemático, sus fuentes y cómo puede influir en nuestras estrategias de inversión. Hemos aprendido que este tipo de riesgo es específico de una empresa o industria y, por lo tanto, puede eliminarse en gran medida mediante una adecuada diversificación.

La diversificación no es solo una palabra de moda en el mundo de las inversiones; es una estrategia fundamental para proteger nuestra cartera contra los embates del riesgo no sistemático. Al invertir en una variedad de activos, sectores y regiones, podemos reducir el impacto de los eventos adversos que afectan a una empresa en particular. También hemos visto cómo el análisis fundamental y la investigación minuciosa pueden ayudarnos a identificar posibles fuentes de riesgo no sistemático y tomar decisiones de inversión más informadas.

Es esencial considerar el riesgo no sistemático al invertir en acciones. Ignorarlo puede llevar a pérdidas innecesarias y oportunidades perdidas. Al comprender la diferencia entre el riesgo sistemático y no sistemático, y al implementar estrategias adecuadas de diversificación y análisis, los inversores pueden estar mejor preparados para navegar por los altibajos del mercado y proteger sus inversiones a lo largo del tiempo. No subestimes el poder de gestionar el riesgo no sistemático; es una herramienta crucial para invertir de manera más inteligente y con mayor confianza.