Aprende a identificar los errores más comunes en la mentalidad del inversionista, te ayudará a trabajar en ellos y evitarlos, con el fin de hacer más eficaz cada una de tus inversiones.
En las inversiones, no solo necesitas capital y conocimiento para ser rentable y sacarle beneficios a tus operaciones. La psicología es uno de los componentes más importantes en la mentalidad del inversionista, puede llevarte a tener sesgos y cometer errores que afectarán tus decisiones, criterios y, por ende, operaciones.
Sigue leyendo para aprender qué es la mentalidad del inversionista y cómo puedes evitar los seis errores más usuales que afectan tu rendimiento.
¿Qué es la mentalidad del inversionista?
La mentalidad del inversionista es la forma en que una persona enfoca y aborda el proceso de invertir en activos financieros. Esta mentalidad incluye elementos como la planificación a largo plazo, la disciplina y la paciencia, la diversificación y la gestión del riesgo, y la capacidad de mantener la calma y tomar decisiones informadas en momentos de incertidumbre. Una mentalidad de inversión sólida es esencial para tener éxito en el mundo de la inversión y para lograr los objetivos financieros a largo plazo
Estas son algunas de las características principales en la mentalidad del inversionista:
- Un inversionista conoce sus capacidades y límites. No debe invertir en algo que no conoce o en un activo en el que no tiene confianza. Esto es clave a la hora de gestionar sus conocimientos, y cómo los puede aplicar para tomar decisiones.
- Debe ser prudente y parsimonioso para controlar los impulsos que le pueden dar ambición y creer que el dinero es efímero y se gana de manera fácil. La paciencia es clave.
- Un inversionista debe prepararse académicamente para poder realizar análisis técnicos y fundamentales que le permitan tomar decisiones de manera sustentada y respaldada.
- Debe tener una mentalidad fría para poder tomar decisiones en momentos de presión y no dejarse llevar por las intuiciones; sino, más bien, por conocimientos e información empírica.
- Debe saber lidiar con el pánico y buscar oportunidades de inversión en toda clase de ciclos económicos, esto le dará criterio para no comprar o vender activos cuando todo el mundo lo hace.
Errores que afectan la mentalidad del inversionista
Estos son algunos de los errores y sesgos más comunes en la mentalidad de un inversionista:
Sobrestima sus capacidades
Es probable que todo inversionista tenga éxito en una decisión en alguna inversión hecha, seguramente lo llenará de confianza sobre sus capacidades, conocimientos y capacidad de criterio. El exceso de confianza nos lleva a tomar decisiones basadas en intuiciones pasadas.
Lo cierto es que las inversiones son cambiantes, los activos conmutan a medida que los ciclos de mercado se van moviendo; por lo tanto, las decisiones del pasado siempre hay que evaluarlas con un respectivo análisis coyuntural, teniendo en cuenta los hechos y factores que nos llevaron a tomar decisiones pasadas. De lo contrario, sobrestimar nuestras capacidades aumentará el riesgo y quedarás a la deriva de la suerte.
Sesgo de confirmación
Este sesgo se basa en reafirmar nuestras convicciones. Buscamos información o evidencia que lo respalde, pero esa información podría estar sesgada contra hechos fácticos y lo único que hemos hecho, es maquillarla para convencer nuestras propias decisiones.
Por ejemplo, un inversionista puede creer que se aproxima una recesión porque considera que cada cuatro años ha habido factores que lo podrían confirmar. El inversionista busca información y opiniones que lo respalden, sin tener en cuenta evidencia o perspectivas contrarias, lo cierto es que su criterio es falso y no se aproxima una recesión; por lo que, su criterio no fue correcto, el inversionista había tomado decisiones basadas en esa información, el sesgo hizo su trabajo.
Sesgo de la mano caliente
Este sesgo fue acuñado por el Premio Nobel de economía Richard Thaler en su libro Nudge y viene del baloncesto. Cuando un jugador tiene una serie de aciertos, la gente piensa que acertará el siguiente, la relación es 80/20 y nadie piensa en el 20%, pero es una probabilidad.
Lo mismo sucede en el mundo de las inversiones, un inversionista puede considerar que una acción seguirá subiendo por el historial y racha que lleva por un periodo de tiempo determinado; pero no cuenta con la racionalidad para creer y gestionar el riesgo de que cambie una tendencia.
Pensar en el corto plazo
Este suele ser uno de los errores comunes de los inversores que ingresan al mundo bursátil sin tener un objetivo claro, debido a que deberían invertir en activos que crecen en el corto plazo, y no en instrumentos que tienen solo rentabilidades en más de cinco años. Cuando inviertes en el mercado de valores, lo debes hacer con un horizonte mínimo de tres años.
Si se ingresa en este mercado, el horizonte de inversión a largo plazo es la regla, en el que se esperan obtener beneficios futuros. Muchos inversionistas ingresan a este mercado pensando que se realizarán pagos periódicos, pero eso lo hacen otro tipo de instrumentos como renta fija. Para evitar este error, ten claro tu objetivo, y el periodo de tiempo en el que necesitas obtener un retorno de inversión.
Aversión a la pérdida
Este término fue acuñado por el Premio Nobel de economía Daniel Kahneman en el libro Thinking fast and slow, y se basa en la incapacidad de las personas de huir de todos los potenciales riesgos, por lo general, esta acción psicológica se forma por alguna mala experiencia. En las inversiones, esta tendencia puede llevar a los inversionistas a tener portafolios y perfiles de inversión demasiado conservadores por el miedo que les derive cualquier riesgo subyacente.
Esta tendencia lleva a que los inversionistas prefieran tener una operación de baja rentabilidad, incluso si el riesgo fuera bajo, lo que podría llevarlos a perder grandes oportunidades o quedarse solo con un activo de nuestra preferencia.
No reconocer las pérdidas
De nuevo, sobrestimar nuestras capacidades ante la evidencia y dejarnos llevar por las emociones. La psicología juega un rol importante a la hora de tomar decisiones en el mundo de las inversiones. Además, el análisis técnico brinda algunas ayudas para comprar o vender un activo como lo son los soportes y resistencias.
Un ejemplo de este caso es cuando se espera que las acciones se recuperen en una tendencia bajista, pero no lo hacen cuando nuestro análisis concluyó que ya era tiempo para vender. Para evitar estos errores hay que tener claros los límites de herramientas como stop loss y take profit.
El mundo de las inversiones no solo requiere que tengas el conocimiento y capital. La mentalidad y la psicología son claves para un inversionista a la hora de tomar decisiones, formar su criterio y estrategia. Siempre se pueden cometer errores en el camino, lo fundamental es aprender a manejar los sesgos y no sobrestimar nuestras propias capacidades.
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