Para mejorar tus finanzas y alcanzar tus objetivos, es fundamental que conozcas las diferencias entre deuda buena vs. deuda mala. Esto te permitirá controlar mejor tu dinero y evitar problemas económicos.
Si bien, una deuda mala es toda aquella que te genera estragos, una deuda buena te dará rentabilidad en el largo plazo.
Sigue leyendo para que comprendas la diferencia entre una deuda buena, una mala y cómo puedes identificarlas.
¿Qué es la deuda mala?
Una deuda mala es aquella que no te da ningún beneficio en el mediano y largo plazo, además, puede ocasionar estrés y problemas para tus finanzas personales, en pareja y en el hogar.
Usualmente, las deudas malas surgen cuando no podemos permitirnos pagar algo de contado, en aquellas cosas que queremos, pero puede no necesitemos, como artículos que se deprecian a lo largo del tiempo, o que solo usamos con el propósito de consumir.
Este tipo de deudas conllevan a pagar cierta cantidad de interés a lo largo del tiempo de forma descontrolada, por lo que las deudas malas normalmente se emplean para pagar pasivos y no para generar rentabilidad y riqueza en tu capital.
Las características de este tipo de deudas son plazos e intereses excesivamente altos, realizar solo el pago mínimo de las tarjetas de crédito y no al capital; y estar sobre-endeudado. Además, estas deudas pueden generar puntajes negativos en el historial crediticio y situaciones de embargos cuando se declaran en impago.
¿Qué es la deuda buena?
Por el contrario, una deuda buena es aquella que te trae beneficios en el mediano y largo plazo, además, es una que te permite generar riqueza a través de la misma deuda.
Cuando decides tener una buena deuda, estás comprando activos que te van a generar rentabilidad y dividendos. Este tipo de deuda te puede traer beneficios en tu puntaje crediticio, pues, los bancos estarán dispuestos a prestarte dinero en montos mayores, como también mejores condiciones y oportunidades en tus préstamos.
Algunas de las características para identificar una deuda buena son bajas tasas de interés a plazos razonables, no caer en una situación de sobreendeudamiento y saber manejar la deuda para que no se convierta en una deuda mala.
Deuda buena vs. deuda mala: diferencias principales
Por lo general, hablar de deudas puede tornarse de una forma negativa y muchas veces, causar vergüenza. De hecho, según explicó un estudio de experian la deuda de los norteamericanos en 2021 fue de 15,31 billones de dólares. Siendo encabezada por los préstamos en hipotecas, equipamiento de las viviendas, líneas de crédito, préstamos estudiantiles, compra de automóviles y el uso de tarjetas de crédito.
Una de las diferencias fundamentales entre una deuda buena y una mala es el plazo y la rentabilidad que te va a generar. Estos son algunos de los ejemplos entre las diferencias principales en los dos tipos de deuda:
- Deuda de apalancamiento: El apalancamiento financiero es la forma de utilizar la deuda para obtener crecimiento en un periodo determinado. Este es un instrumento que usan las empresas para aumentar sus operaciones para adquirir más maquinaria, talento humano o infraestructura. La deuda de apalancamiento es probable que te traiga un nivel de endeudamiento en el corto plazo, pero en el largo, serán mayores los beneficios.
- Deuda estudiantil: El conocimiento y educación son una de las mejores inversiones, pues, si te endeudas para tu educación, es probable que tengas frutos en el futuro. Ten cuidado, si no cumples con las deudas estipuladas, puede convertirse en una deuda mala.
- Deuda hipotecaria: Los inmuebles cuentan con el privilegio de ser uno de los pocos que se valorizan con el paso de los años. Obtendrás una rentabilidad mayor si cumples con tus créditos.
- Deuda vehicular: Comprar un vehículo es una de las formas más retadoras de diferenciar una deuda. Pues, los automóviles se desvalorizan una vez salgan del concesionario y puede ser complejo de pagar de contado, por lo que lo convertiría en una deuda mala; sin embargo, comprar un automóvil clásico puede mantener su valor, incluso, aumentarlo, debes ser muy cuidadoso con este tipo de deuda.
- Gastos corrientes: Usar la tarjeta de crédito a plazos innecesarios, acumulando gran cantidad de intereses, comprar elementos de consumo sin ninguna rentabilidad es sin duda una diferencia fundamental entre una deuda buena y una mala. La clave de toda deuda es sacarle provecho y obtener una ganancia por ese esfuerzo.
Es probable que en algún momento nos hayamos endeudado de una forma innecesaria, se recomienda cumplir con los plazos estipulados para que no acumules intereses impagables, además, de que el pago de las mismas no ocupe el 35 % de todos tus ingresos.
La diferencia principal entre una deuda buena y una deuda mala radica en la rentabilidad que te puede generar una en el largo plazo: el estrés y los problemas que puede generar la deuda en tus finanzas personales. No solo se trata de saber elegir deudas, sino de empezar a crear conductas que te pueden ayudar a lograr tus objetivos como la inversión.
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